Consejos antes de la contratación del seguro

Antes de contratar un seguro conviene seguir estos consejos:

Solicite información a varias entidades y compare

No siempre la póliza más cara es la mejor, por lo que una vez tengamos los productos que cubren nuestras expectativas hay que indagar si las diferencias de precios entre ellos está justificada, o si sólo responden a una política de marca de la compañía.

Recuerde que siempre es conveniente acudir a un profesional del sector y plantearle nuestras necesidades concretas.

Lea detenidamente la póliza antes de contratar

Pregunte sobre los términos del contrato de seguro que no le queden claros y solicite que se añadan las cláusulas adicionales que considere oportunas para explicar los aspectos dudosos.

Debe quedar suficientemente claro y determinado con el asegurador, la cobertura (lo que cubre el contrato) y las exclusiones (lo que no cubre el contrato). Las exclusiones deberán constar expresamente.

Si existen bonificaciones por no tener siniestros en un determinado período, es conveniente que consten por escrito en el contrato.

Las modificaciones posteriores por escrito

Después de firmar el contrato, no debemos aceptar modificaciones unilaterales que nos sean desfavorables. Debemos exigir que todas las modificaciones o adiciones del contrato de seguro se formalicen por escrito ya que de la información verbal que nos facilite la aseguradora no queda constancia.

Debe ser sincero en las declaraciones previas y en las comunicaciones.

El tomador está obligado a realizar una declaración previa para la valoración del riesgo, y a comunicar cualquier circunstancia posterior que lo agrave. Su incumplimiento o inexactitud puede llevar a la rescisión del contrato por el asegurador.

Conserve una copia del contrato y guarde los recibos del pago de la prima

Cumpla con los plazos y con la forma de comunicación de los siniestros

El asegurado debe comunicar al asegurador el acaecimiento del siniestro dentro del plazo máximo de siete. Además, en los seguros de daños existe un deber de salvamento, por lo que el asegurado deberá colaborar y emplear con los medios a su alcance para aminorar las consecuencias del siniestro.